Calles de Santiago
“A las cacerolas”
En octubre de 2019 se generó un estallido social en Santiago, a partir del alza de los pasajes de Metro. Primero fueron los estudiantes secundarios, con las evasiones masivas a este medio de transporte. La represión del gobierno fue creciendo, hasta que un día viernes la crisis estalló. El cierre del tren subterráneo generó que toda la población de Santiago se desbordara a las calles y generara protestas espontáneas y descentralizadas. Sin líderes, sin caudillos, las masas se tomaron las esquinas con barricadas y cacerolas, con la intención de hacerse oír. El gobierno y sus oídos sordos, con sus acciones autoritarias y patriarcales, reprimió fervientemente las acciones de protesta, llamando a estado de emergencia, entregándole el poder a los militares.
El pueblo no se asustó, y esta acción convocó al resto del país a sumarse a la batalla por una vida digna, por el fin del saqueo económico y medioambiental, contra la precarización de la salud, el trabajo y las personas, mientras el sector privilegiado se dedica a manipular los medios de información, a alimentar al gran monstruo del espectáculo, y a intentar hacer enfrentar a la gente contra la gente.
Hoy, 22 de octubre, las protestas no cesan, en medio de un toque de queda publicamos estos registros, como constancia y pequeño sample de la sonoridad que existe en Santiago en estos días, que habla también de lo que sucede en Valdivia, Concepción, Antofagasta, Valparaíso, Temuco, Puerto Montt, Rancagua, y en muchos pueblos más pequeños pero igualmente afectados por la avaricia y el desdén de una clase política al servicio del neoliberalismo.
Los cacerolazos se han convertido en la forma de protesta en las calles o en el interior de las casas, que reverbera por la ciudad, se multiplica y descentraliza, envolviendo a una ciudad, a un país, y que esperamos envuelva también a toda latinoamérica.
¡A las cacerolas!